La emergencia sanitaria generada por la aparición y expansión del COVID-19 ha sacudido a la sociedad y al mercado laboral empujándonos a un nuevo escenario. Entre los sectores que mayor perjuicio han experimentado por el cierre de actividades están el sector de Hostelería y Turismo y el sector de la construcción. En este contexto el gobierno ha planteado, entre otras líneas, un Plan estratégico de reactivación del Turismo. La apertura de los espacios aéreos y la vuelta del turismo procedente de otros países a partir del 21 de junio permitió la recuperación gradual del sector, pero serán necesarias adaptaciones en función de la evolución de la pandemia.
La vuelta a la actividad fruto de la desescalada y el mantenimiento de trabajadores en situación de ERTE pertenecientes al sector coexiste con la incorporación de normativa novedosa y la adaptación de los locales que requieren dotar de nuevas competencias al sector para evitar la pérdida del empleo. La formación adquiere un papel relevante para la cualificación de los profesionales y la adaptación a los nuevos cambios requeridos. El sector de la hostelería es un sector caracterizado por la atención y el servicio al cliente y la formación para hacer frente a la crisis es vital.
Por todo, es necesario, abordar un plan de apoyo al mantenimiento y reactivación del sector que fomente nuevas formas de turismo nacional e internacional, programas de formación y transformación, digitalización, incentivo de los créditos oficiales y de las subvenciones al sector turístico que amortigüen el impacto de la crisis sanitaria.
